lunes, 20 de diciembre de 2010

Frío, otra vez

Su mirada no era fija. Se distraía a la mínima. Parpadeaba mucho. Sus manos estaban inquietas. También, estaban sudorosas. Cruzaba y descruzaba las piernas. Parecía que no le importaba, que preferia pensar en otras cosas. Su mente estaba igual de cuadrada y cerrada. Al final no le besé.

Pero no fue así.
Me encanta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario