martes, 30 de agosto de 2011

¡Qué no se escape!

De todos los caprichos que he podido disfrutar, nunca había tenido uno tan grande. El capricho como amor. Nunca digas nunca. No quiero ser empalagosa y menos pastelosa, pero adoro los mimos. Tener los pies en el suelo ha hecho que encontrara por pura casualidad mi capricho. Ahora es cuando me dirijo a él como amor.

La alegría destaca en mi ser aunque problemas tuviera antes. Es increíble cuando puedo expresar mi alegría, mi cariño y mi comprensión. Dejarse querer. Pero me temo que tengo la tendencia de acomodar mis ideas para que concuerden con las de él.

He llegado a odiar la luz de la luna porque es hermosa y él no está conmigo para contemplarla. De tal manera, que siempre recuerdo como lo conocí.

Despertar con un beso de bueno días, significa el triple o más de lo que uno se puede imaginar. Sentir un abrazo y las caricias de cuando me hago la dormida, no son más que puras palabras que no se asemejan al sentimiento.

Puedo entrever la silueta de su cara entra la luz y la oscuridad del amenecer. Aprovechar los momentos es algo que valoro, así que empiezo a observar su cuerpo mientras vuelve a dormirse. Su cuerpo es perfectamente atractivo a mi gusto. Me lo comía a besos.

Pero tal vez, alguien ha estado enamorado alguna vez, también, y sabe lo que eso significa. Si lo ha estado, no necesito explicárselo; si no lo ha estado, no puedo explicárselo.

lunes, 29 de agosto de 2011

Menú de soporte

¿Te acuerdas de aquella vez que tuve que aguantar un plato de comida porque nadies se ponía de acuerdo en sentarse? ¿Tan lleno estaba el plato?
Recuerdo que tenía tomate de los nervios, lechuga de la tristeza, arroz de estrés, espaguetis de delicadeza, cebolla del odio, zanahoria de la inseguridad y especias de la desconfianza.
Pesaba mucho ese plato. ¿Cómo mis brazos pudieron aguantar ese peso? Podría haberme puesto más fuerte, pero nada.
Lo pasé mal.
Tanto autoimbécil suelto que hay, exacto, aquel que sólo se escucha a sí mismo. No se ponían de acuerdo en sentarse. Debería haber puesto esos tiquets de las carnicería, que ayudan a poner un orden. O tirar el plato al suelo. O convertirlos en flores.
Lástima que esto no lo publique.
A pesar del peso, le faltaba algo a ese odioso plato...claro! no habían huevos duros.
¿Y porqué sigo aguantando el plato?

jueves, 25 de agosto de 2011

Lo que debería ser un hecho

No estaba dentro de los planes, fue algo espontaneo. ¡Qué ironía!
La lista la hicieron bien, bastante bien. Que fue de las agallas, de la mala leche y de enfadarse. Nunca se sabrá, pero ha sabido salir adelante...Pues no!
Rompe un plato en un restaurante, dile que no quieres saber nada, grita por la terraza y di que estás cansada. Que dos tetas tiran más que dos carretas. Que por muy listo, corto irá después.
Esa mente creativa llevada por un cuerpo andante, no era adecuado.