miércoles, 1 de diciembre de 2010

18.10

La música que iba escuchando de pronto se escuchaba de lejos. Mis pies se arrastraban y mi andar era irregular. No sabía que hacer con las manos. La gente me miraba. Mis ojos se abrian y se cerraban. Tenía frío, tenía calor. El suelo se acercaba a mí.



Ojalá hubiera sido así y mis piernas no me llevaran (ya por pura inercia) donde tengo que ir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario