miércoles, 1 de febrero de 2012

Mi sexo es verdadero

Después de ver que en mi expediente académico mi sexo era hombre, decidí tomar partido y ver las cosas de otra manera.

Tal vez, vieron mi manera de ser, a veces más masculina que femenina. Me gusta el fútbol, me gusta hacer el manta y beber cerveza. Pero aquí está el problema: los tópicos nos marcan.

Viejos tiempos han pasado y ahora podemos aprovechar de vestirnos como queramos y/o maquillarnos. Llevar camisetas de pico, pantalones cortos y peinados “perfectos”, todo esto sin tener en cuenta el sexo.

Los tacones estilizan, pero no por eso la hace más femenina. Y la manera de hablar tosca y fortachona, no lo hacen más masculino. También, las típicas “bromas” de “eres una niña” o “no te sientes como un hombre”.

Por otra parte, de pequeños ya nos empiezan a regalar juguetes –podría decir-se así – adecuados. Muñecas o coches. Yo tuve muchas muñecas y a la vez me gustaba jugar con coches, aunque no los tuve.

Cabe destacar que después en casa, cuando uno está solo o sola hace lo que quiere como tirarse eructos, peinarse, tirarse pedos o ponerse ropa ajustada. Porque al fin y al cabo, la apariencia siempre ha sido, lo es y será importante.

Debe sonar cursi pero la cuestión es que uno se tiene que sentir bien o, para los amigos, sexy. Y aunque mi sexo “escrito” fuera erróneo, solo tienen que ver mis curvas hasta llegar a la entrepierna y dicen todo lo contrario.

1 comentario:

  1. Molt bo, Karina :)
    (Per cert, sóc la Marina Morell, de la UNI, sota el pseudònim d'Alma ^^)

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