martes, 19 de enero de 2010

18.1

A veces, quisiera darle la espalda al mundo. Esconder mi rostro, apagar mi sonrisa. Diluir mi vida.
A veces, quisiera ser un pájaro y volar entre los árboles.
A veces, quisiera escapar, estallar, no existir y sobre todo no hacerle falta a nadie.
A veces, quisiera no ser más que un perfume que viaja en la inmensidad atmosférica.
A veces, quisiera encontrar un rincón lo suficientemente pequeño y oscuro para ocultar mi humanidad de la des humanidad que a ratos me rodea.
A veces, quisiera vaciar mi mente y dejarla descansando.
A veces, quisiera haber nacido planta para no enterarme ni opinar.
A veces, quisiera no sentirme única ni incorregible, sino útil.
A veces quisiera no saber más lo que sucede en este mundo ni sus alrededores y dejar de pensar que todo esta invertido.

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