Cuando me puse a leer esta mañana mis lágrimas se pasearon por el rostro como consecuencia del recuerdo lejano pero cercano y acogedor de una mañana. No estaba llorando, sino que eran simples lágrimas. Cada lágrima significaba todo lo que significó para mi.
Cerré los ojos para poder sentir los brazos agarrados a mí mientras me susurraba en la oreja un "t'estimo" de tal manera que yo me hacía la dormida y, como no, una lágrima volvía a caer en su almohada.
Quería seguir manteniendo los ojos cerrados y soñar un rato, pero no quería equivocarme-hacerme daño. No quise pensar en nada y los mantuve cerrados. Este momento duró poco porque algo me dijo que los volviera a abrir. Nada me tiene que decir lo que debo soñar o no. Seguía con los ojos cerrados...y los abrí. Mierda! Era solo un simple-gran recuerdo.
Tan solo abrirlos me miré en el espejo y vi que brillaban. Mi pequeño rostro estaba fascinante e iluminado, todo porqué se que quedará en mi mejor recuerdo.
- Cerré los ojos, aunque los abrí enseguida, porque bajo los párpados me esperaban mil recuerdos increíbles. -
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