La música que iba escuchando de pronto se escuchaba de lejos. Mis pies se arrastraban y mi andar era irregular. No sabía que hacer con las manos. La gente me miraba. Mis ojos se abrian y se cerraban. Tenía frío, tenía calor. El suelo se acercaba a mí.
Ojalá hubiera sido así y mis piernas no me llevaran (ya por pura inercia) donde tengo que ir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario