Porque haga lo que haga no es suficiente. Necesita ser más auto-exigente y superarse, no para. Sigue siendo responsable y trabajadora, pero no disfruta de la vida.
Los padres, las amigas y los amigos, quieran o no la han influenciado mucho. Pequeños comentarios indefensos se meten en su conciencia, la conocen y se hacen íntimos.
- Deberías caminar como ella y deberías perder unos quilitos.
- No creo, nose, nose. Tal vez sí. Sí, lo haré. Me sentiré mejor y podré integrarme mejor.
- Eso debes. Y debes buscar un chico o se te pasará el arroz.
- Pero madura, no la escuches, de eso se trata. El no dejar que te influyan, forma parte del proceso de maduración. Descartar lo externo y aceptar tu identidad.
Pues a perder el miedo a la soledad y al fracaso social. Los muros para la ciudad y los castillos. No para su persona, ella puede.Lo único que conseguirá es que se proponga más deberes y retos para acontentar a los otros. ¡No caigas de esta manera!
- Deberías estudiar las misma carrera que tu hermano.
Que la idea preconcebida de otros no sea tu idea. El futuro es tuyo, proponte lo que quieras, sigue tu vocación.
- Deberías comprarte esos pantalones, esos que lleva puesto.
Seguir el prototipo de “la abeja reina” del grupo, algo poco adulto. Sigue al anuncio de coca-cola: para los altos, para los bajos, para los gordos, para los flacos. Usa esos tejanos con la camiseta roja, te comía hasta yo.
- Deberías perder unos quilitos, estarías más guapa.
Las dietas estan para mejorar el aspecto físico y cuidarse (irónicamente, ojo con el orden de las mejorías). Las modelos…las modelos creo que estan para hacernos daño y producen represión en la persona. “Como me gustaría que esos pantalones me quedaran así” o “Qué tetas.”
- Deberías darle un beso y aprovecha a hacer el rol de niña buena en la casa.
La camiseta de futbol para ir por casa, despeinarse, no lavar los platos y seguirá siendo la sexi de cuando se despierta. Una noche inesperada la tiene seguro, ya que no se ha ido con ella porque sí.
- Yo espero ser mucho más, soy ambiciosa. Pero no quiero quedarme sola, por eso salgo mucho a conocer gente. Tal vez el pasado, tal vez el presente. Necesito la aprobación de los demás, que se rían con mis bromas, que me escuchen, que me miren al caminar.
Y dale, como le gusta la lucha interna. Creo que está voz nos sigue a todas. Es momento de que esta vocecilla interior hable con “la Sole”.